La seguridad se presenta como una condición ineludible para el pleno goce y disfrute de los derechos y el funcionamiento de nuestra sociedad. El interés de la ciudadanía que hace referencia a la inseguridad se ha hecho más visible en los últimos tiempos.
La carencia de seguridad ciudadana ha sido uno de los problemas percibidos como el elemento principal de nuestro país. En el Informe del Latinobarómetro de 2013 señala que el 47% de los encuestados considera la inseguridad (delincuencia) como el principal problema del país. (1)
La necesidad del Estado de garantizar a la población seguridad es asunto prioritario. Pero cuidado, en ocasiones desde muchos espacios incluyendo los de gobierno se formulan solo métodos para actuar sobre las consecuencias (muchas veces desproporcionadas) y no sobre sus causas (escasas e insuficientes políticas y medidas).
Es por ello, que es imposible permanecer, por más tiempo, indiferentes y cruzados de manos. La ocasión la pintan calva, en este caso la SEGURIDAD. Los ciudadanos y ciudadanas tenemos que ser consistentes de esto y organizarnos para asumir retos y plantear estrategias, así como exigir que las instituciones del Estado que tienen la principal responsabilidad para que también las realicen incorporando a toda la sociedad en su conjunto para revertir el panorama. Desde este pequeño espacio sugerimos:
– Generar programas de participación en la prevención de la violencia en todos los espacios de nuestra sociedad (comunidad, trabajo, escuela, etc.).
– Aplicar la Ley para el Desarme y Control de Armas y Municiones (2), con el objeto de regular, controlar y sancionar lo relativo al porte, tenencia, posesión, uso, registro, fabricación, comercialización, etc. de todo tipo de armas, municiones, accesorios, partes y componentes en el territorio nacional.
– Instar que los órganos policiales ejerzan sus funciones recordando los principios de respeto y protección de la dignidad humana, con ética, legalidad, proporcionalidad y humanidad.
– Solicitar como país democrático “la separación clara y precisa entre la seguridad interior como función de la Policía y la defensa nacional como función de las Fuerzas Armadas” (3). La historia en toda la región evidencia el riesgo que representa una participación militar de este tipo para toda la población.
– Eficiencia de la administración de justicia. NO MÁS IMPUNIDAD.
En conclusión, es el momento, levanta tu voz, por la creación de condiciones para la seguridad ciudadana, en correspondencia con una vida protegida de la violencia, pero sobre todo con base al respeto a los derechos humanos.
[1] http://www.latinobarometro.org/documentos/LATBD_INFORME_LB_2013.pdf [2] Gaceta Oficial nº. 40.190, de fecha 17 de junio de 2013, tuvo lugar la publicación de la Ley para el Desarme y Control de Armas y Municiones [3] Informe Seguridad Ciudadana y Derechos Humanos, Agosto 2012, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh).