El pasado lunes se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, una iniciativa que desde 1999 impulsa la ONU.
Durante los 16 días siguientes se estarán realizando en diversos países actividades destinadas a elevar la conciencia sobre este problema que afecta a un gran porcentaje de la población femenina mundial.
La fecha del 25 de noviembre se eligió para conmemorar a las hermanas Mirabal, tres activistas políticas de la República Dominicana que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por orden del dictador Rafael Leonidas Trujillo.
A pesar de que existen diversos tratados internacionales que procuran erradicar la violencia de género, hasta 70% de las mujeres del mundo se convierten en víctimas de este flagelo a lo largo de sus vidas (cifra de la ONU).
Las agresiones pueden presentarse tanto en el ámbito privado como en el público (en el hogar, la escuela, el trabajo o la calle) y pueden incluir acciones de violencia física, psicológica y sexual.
En Venezuela existe desde el año 2009 la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (derogó a la ley anterior de 1998), la cual tipifica hasta veinte hechos punibles, sin embargo, la gran mayoría de estos delitos quedan impunes como consecuencia de la ineficacia de nuestro sistema de justicia. De nada sirve la aprobación de instrumentos legales, si no existen instituciones que los apliquen.
Aunque el grueso de las víctimas son varones, la violencia homicida que existe en Venezuela también ha afectado a la población femenina. En lo que va de este año han sido asesinadas, solo en la Gran Caracas, 128 mujeres, lo que ya representa un aumento de más de 50% con respecto a lo ocurrido en 2012.
Muchos de estos casos constituyen feminicidios, es decir, homicidios de mujeres por razones de género. Recientemente el Parlamento Latinoamericano, por iniciativa de la diputada Delsa Solórzano, aprobó una Ley Marco Contra la Violencia Feminicida, que no ha podido entrar en vigencia en Venezuela por falta de voluntad política de los representantes del oficialismo en la AN, quienes están muy “ocupados” haciendo politiquería y aprobando créditos adicionales.
La mayoría de las mujeres que son víctimas de la violencia de género no colocan la denuncia correspondiente. Las razones son diversas: dependencia y vulnerabilidad física, económica y psicológica en relación al victimario -que suele ser pareja o familiar de la víctima-, el temor a sufrir represalias, el desconocimiento de fuentes de ayuda, la desconfianza acerca de la capacidad de resolución de los conflictos y el temor a la doble victimización, es decir, el miedo de la denunciante a sufrir humillación por parte de la autoridad al momento de presentar la denuncia (informe PNUD 2013).
La cultura machista que existe en Venezuela muchas veces hace que el problema de la violencia de género sea minimizado u ocultado. Sin embargo, se trata de un grave flagelo social que en algún momento tendrá que ser prevenido y atendido con responsabilidad por el Estado.
Twitter: @luisizquiel