Yo tengo un morral de herramientas para la Educación para la Paz. Ustedes saben que toda maestra que se precie de ser “buena maestra” tiene en su morral todo lo necesario para la vida, no sólo para el aula. En esa mochila mía no tengo una “paloma de la paz”, sino un “loro de la paz”, pues los conflictos se resuelven de manera pacífica dialogando, escuchando las partes en conflicto. Y en el caso de la Asamblea Nacional, o sea, el parlamento, dialogar tiene que ser la base de su trabajo. Hay que saber hablar para ser diputado.
Parece tonto tratar este tema, pero si miramos lo que ha sido la vida AN en los últimos años, debemos reconocer que los parlamentarios han parlamentado poco. Por eso proponemos que a los nuevos miembros de la asamblea se les dote de un pequeño morral de herramientas básicas que contenga un ejemplar de la CRVB, un loro, y me atrevo a proponer también un “teléfono de vasito inalámbrico” – no se puede tuitear con ellos pero si sirve para escuchar al otro – además un pedacito de tirro, para que cuando el otro esté hablando, uno lo deje terminar la idea sin interrupción.
¿Cómo si no es hablando se puede discutir una propuesta de ley? ¿Cómo si no es hablando se puede socializar lo que les está afectando a los representados? Porque déjenme recordar a los candidatos, que sea cuáles sean los que ganen, los parlamentarios representan a los electores, no a su partido. Si los miembros de la AN no creen en el diálogo como instrumento fundamental para su labor, entonces renuncien antes de asumir su curul. La AN no puede funcionar como si fueran las bandas de delincuentes que arreglan sus diferencias.
Tampoco el parlamento es un ring de boxeo, que tiene como objetivo eliminar al contendor, y mientras más duro pegue el boxeador, mejor. Descalificar al que piensa distinto, insultar a otro porque no tiene mi franela, impedir que los grandes problemas se discutan no ayuda al país. Como dice el editorial de la Revista SIC ( noviembre 2015) la Asamblea Nacional no puede seguir un lugar donde “no se discute nada sino que se corean consignas”. A la AN se va a contribuir al fortalecimiento de la cultura democrática, por eso es tan importante la función de “representar” que tienen los diputados; se va a ponerse de acuerdo para legislar, o sea, darle poder a una reglas de juego que nos permita que el país funcione, las leyes son cosa seria y requiere que se piense en las consecuencias de las mismas, en la pertinencia; se a hacerle seguimiento a la vida nacional, los grandes problemas y las propuestas que el ejecutivo… ¿No creen que hablar y escuchar es necesario en un parlamento?
Citamos de nuevo a SIC: “Parlamentar es entablar conversaciones con la parte contraria para intentar ajustar la paz o para zanjar cualquier diferencia”. Necesitamos pues parlamentarios que parlamentan, que tengan su “loro de la paz” en su morral
Luisa Pernalete