Marino AlvaradoEn año pasado se difundió una noticia que desafortunadamente no causó mayor debate en el país. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que durante el año 2013 la pobreza se había incrementado en 6 puntos, pasando de 21,2 a 27,3%.

Ese dato no es una simple cifra. Significa que durante el año 2013 un total de 416.326 hogares se incorporaron a la gran población de pobres que padecen a diario la exclusión social. Según cifras oficiales en la actualidad existe un total de 9.174.142 personas pobres, de ellas 2.791.292 son personas que viven en extrema pobreza.

Durante todo el año 2014 el INE no le informó al país como estaban los niveles de pobreza. Sin duda no hay razones para ser optimistas. El año pasado la inflación fue superior al 63%, no hubo avances en materia de empleo, se incrementó la escasez y se profundizó la crisis del sector público de salud.

Estamos frente a una situación de regresividad para el disfrute de algunos derechos sociales. Se desvanecen los logros alcanzados en los últimos años y la consecuencia puede ser que continúe aumentando la pobreza

En ese contexto de regresividad en materia social debe analizarse hoy la grave situación de escases de alientos y productos esenciales de la cesta básica.

Junto a la inseguridad es la mayor preocupación que tiene la población venezolana. Lo preocupante es que no se ven políticas efectivas por parte del gobierno para la solución del problema. Por ejemplo, se afirmó que la causa de la escasez era el contrabando, todos los días se dice que se gana la guerra contra el contrabando, pero la escasez aumenta.

Cada día hay colas y más colas lo cual se traduce en más penurias, sobre todo para mujeres y personas de la tercera edad pertenecientes a los sectores más pobres de la población. Y no es como llegó a indicar un funcionario del gobierno que la oposición está mandando la gente a comprar para que se vean colas inmensas. Es sencillamente, que la misma población que buscaba productos de primera necesidad ya no compra en cientos de comercios como lo haría en una situación normal, sino en los pocos, que en algún momento, ofertan algún producto.

Tampoco hay cola porque la gente quiere hacer cola, como se atrevió a decir de manera irrespetuosa la ministra Carmen Meléndez. Esa indolencia frente a las dificultades que padece hoy la población lo que genera es mayor descontento y desesperanza. No se puede jugar con la paciencia de la gente.

Los altos índices de escasez comprometen la realización plena del derecho humano a la alimentación, que significa el tener acceso regular, permanente y sin restricciones a los alimentos a niveles adecuados y suficientes, tanto en calidad como en cantidad.

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Organización de Naciones Unidas (ONU), estableció en su Observación General Nro. 12 sobre el derecho a la alimentación, cuáles son las obligaciones de los Estados respecto a la garantía del derecho humano a la alimentación.

El Comité dice que los Estados tienen la obligación de respetar el acceso a los alimentos por parte de la ciudadanía, absteniéndose de tomar medidas que restrinjan o impidan dicho acceso; proteger dicho acceso, velando porque las empresas y/o los particulares no priven al resto de la población del acceso a ellos; facilitar el acceso a los alimentos promoviendo iniciativas que apunten a fortalecer la seguridad alimentaria y la obtención de alimentos en niveles adecuados y suficientes por parte de la población; y hacer efectivo el derecho a una alimentación adecuada a quienes, por razones de fuerza mayor, sean incapaces de disfrutar del derecho por los medios a su alcance.

Mientras en presidente Nicolás Maduro y su equipo de gobierno no comprendan que los problemas económicos y sociales que existen en el país no se resuelven amenazando empresarios y comerciantes y reprimiendo las expresiones de descontento social, la crisis se profundizará.

Es urgente, dialogar, llegar a acuerdos y rectificar. Debería el Presidente cumplir con aquel llamado que hizo el ex presidente Chávez en 2006: revisar, rectificar y reimpulsar.

@marinoalvarado

www.derechos.org.ve

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