Marino AlvaradoEl 17 de febrero se cumplió un año desde que el presidente Nicolás Maduro visitó el hospital de Coche en Caracas. El 16.02.13 luego de una protesta conjunta realizada por pacientes y personal de salud, el para entonces Vicepresidente fue directamente a constatar cuál era la razón de la protesta.

El gesto era interesante y abrigaba la ilusión de un estilo distinto de gobernar dando cara a los problemas. Ese día anunció la intervención del Hospital Periférico de Coche.

Era una curiosa intervención, porque el Ejecutivo Nacional ordenaba intervenir un hospital que está bajo la administración del Ministerio de Salud. Lo único que le faltó fue despedir a la ministra de turno.

En aquella oportunidad el actual Presidente expresó:

“Lo que esté sucio limpiarlo, lo que esté dañado arreglarlo, lo que haga falta que se traiga y que se remodele lo necesario, pero ya”.

Indicó que en pocos meses el hospital sería un modelo para la recuperación de los hospitales del país. La realidad un año después es que poco ha cambiado la situación del hospital. La crisis continúa, aunque algunos aspectos del servicio han mejorado.

Hoy el hospital de Coche es un ejemplo emblemático de que el “gobierno de la eficiencia” es más palabras y propaganda que hechos concretos.

Es además un ejemplo, también emblemático, del desprecio por atender problemas que afectan al colectivo principalmente a los sectores populares.

La crisis de la salud pública en el país es imposible taparla por más propaganda que se difunda por los medios públicos. Tan evidente es que el 12.12.13 el presidente Nicolás Maduro afirmó que los hospitales del país son “una vergüenza”, sin duda una herencia de la ineficiencia también de la gestión del ex presidente Chávez.

Pero es que desde hace muchos años se viene reconociendo que el servicio de salud pública en los hospitales no es bueno. En 2007 el ex presidente Chávez anunció un amplio programa para transformar toda la red hospitalaria del país. Implicaría una mejora de los ya existentes y la construcción de nuevos.

El 30 de setiembre de ese año, en Aló Presidente N° 296, anunció que ese día se iniciaba la construcción de seis nuevos hospitales que conforman la primera fase de Barrio Adentro IV, integrada por el Hospital General y de Gastroenterología en El Vigía, estado Mérida; el Hospital General y Toxicológico en Barinas; el Hospital General y de Urología en Valle de La Pascua, estado Guárico; el Hospital General Materno Infantil en San Fernando de Apure, estado Apure; el Hospital Cardiológico de adultos, en Montalbán, Distrito Capital y el Centro Nacional del Cáncer en Guarenas Estado Miranda.

Estos seis hospitales fueron prometidos para el último trimestre de 2009. Aún se espera por ellos.

Anunció, también, que en el primer trimestre del 2008 se comenzaría la construcción de otros siete: el Hospital General y de Caumatología en Anaco, estado Anzoátegui; el Hospital General y Ortopédico Infantil en San Carlos, estado Cojedes; el Hospital Solidario del Sur, Ernesto Che Guevara, en el Guri, estado Bolívar; el Hospital General Oftalmológico en Guacara, estado Carabobo; el Hospital General Neumonológico en Baruta, estado Miranda; el Hospital General y Neuroquirúrgico en Santa Teresa del Tuy, estado Miranda y un Centro Nacional de Atención a las Adicciones en el estado Aragua. También se espera por ellos.

Pero el problema no son solo los hospitales. Es también la Misión Barrio Adentro. En el año 2009 con estadísticas irrefutables la organización Provea demostró como dicha Misión estaba en crisis.

Ante la denuncia la respuesta del gobierno fue desencadenar una amplia campaña de desprestigio y se pretendió engañar a la población presentándole a través de los medios públicos unos cuantos módulos que efectivamente funcionaban muy bien.

Pero una vez más como en otras tantas denuncias la verdad se impuso a la mentira. El para entonces presidente Chávez tuvo que reconocer varios meses después la crisis y ordenó el reimpulso de dicha misión. A la fecha ese reimpulso no se ha realizado.

El sistema público de salud está en crisis. Gremios médicos y organizaciones no gubernamentales han exigido ser escuchados y reafirmado su disposición a colaborar para contribuir a superar esa crisis, pero la prepotencia en la manera de gobernar se empeña en cerrar puertas.

Las consecuencias son muy negativas: muertes que pueden evitarse, agudización de enfermedades y lo peor, la desesperanza de los más pobres que a diario sufren la ineficacia de la gestión de gobierno.

Marino Alvarado Betancourt

@marinoalvarado

www.derechos.org.ve

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