Marino AlvaradoEl pasado 31 de enero ocurrió un acontecimiento que no tuvo la suficiente difusión, pero que es trascendental en el país por dos razones. La primera es que rompiendo la polarización, organizaciones variadas que simpatizan con la oposición o el chavismo pero coinciden todas en reivindicar los derechos de la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales, demostraron la capacidad de unirse para exigir sus derechos.

Recogieron firmas juntas para entregar un proyecto de ley, elaboraron el proyecto debatiendo entre ellas y organizaron la movilización hasta la Asamblea Nacional. Desde perspectivas distintas en lo político tuvieron la madurez y capacidad de comprender que uniendo sus esfuerzos las posibilidades de obtener resultados positivos son mayores.

A finales de noviembre de 2013 otro hecho ocurrió protagonizado por actores distintos pero en ese mismo espíritu. Organizaciones sindicales se coordinaron para exigir al ministerio del trabajo una respuesta oportuna y adecuada sobre el registro Nacional de Sindicatos.

Las dos iniciativas son síntomas de avances en las organizaciones sociales para romper con la camisa de fuerza de la polarización que tanto daño causa en la organización popular. En el sector indígena igualmente se vienen produciendo procesos interesantes y ojalá tomen nota los estudiantes de estos ejemplos

En un país donde cada día se criminaliza más el derecho a exigir derechos la articulación de las luchas es urgente y necesario.

La segunda razón trascendental es que al presentar el Proyecto de Ley de Matrimonio Civil Igualitario se insta a la Asamblea Nacional y a nuestra sociedad a realizar un debate que se elude permanentemente.

Paradójicamente los líderes del proceso político que se inició en 1998 con la victoria electoral del ex presidente Chávez y que se definen revolucionarios han sido extremadamente conservadores en los asuntos relacionados con la comunidad sexo diversa. Y junto a ellos un liderazgo político y social tradicional que durante décadas viene discriminando y colocando todos los obstáculos posibles a este sector de la población que tiene el derecho a exigir igualdad de oportunidades

Aún así la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales viene remontando la cuesta. Hoy existe un movimiento importante cada vez más activo y exitoso. Poco a poco van ocupando espacios y desde ellos exigiendo sus derechos.

El derecho a la libertad sexual, a la privacidad sexual, a la igualdad sexual, al placer sexual, a la expresión sexual emocional, a la libre asociación sexual, a la toma de decisiones reproductivas libres y responsables, a la información sexual basada en el conocimiento científico, a la educación sexual integral y a la atención de la salud sexual, son cada uno derechos que requieren de un amplio debate en el país y de desarrollo de políticas públicas.

Para que la democracia sea real no debe haber discriminación ni exclusión, por ello debemos apoyar los justos reclamos de la comunidad sexo diversa.

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