El Ejecutivo Nacional anuncia una nueva Misión: Trabajo y Saber con la cual se pretende reducir el desempleo. Saludamos se asuma el compromiso de crear más fuentes de empleo, pues ello es fundamental para seguir luchando contra la pobreza. Sin embargo, tenemos razones para no ser muy optimistas en los resultados que se esperan en el corto y mediano plazo.
Ya en el año 2004 una promesa similar realizó en presidente Chávez. En aquella oportunidad se creó la Misión Vuelvan Caras con el propósito de reducir ese mismo año el desempleo de 16,6% a 5%. Por supuesto la meta no se cumplió ni ese año ni durante los siete años posteriores. No obstante, hay que reconocer que se logró durante cuatro años consecutivos una progresiva reducción del desempleo hasta ubicarlo en 6,9% en el año 2008. Luego entramos en una situación de regresividad. Durante los años 2009,2010 y 2011 el desempleo creció progresivamente hasta llegar al primer semestre del año pasado a 8,8% según estadísticas del INE. Además se desarrolló una amplia política de tercerización del trabajo en el sector público negando beneficios laborales y en algunos casos generando condiciones de trabajo totalmente inadecuadas.
Los anuncios del gobierno indican que se pretende crear tres millones de empleos en los próximos siete años, lo que significará prácticamente llevar el desempleo a cero. Esa nueva promesa genera varias interrogantes: ¿Qué tipo de empleo se creará? ¿Será empleo decente? ¿Se retomará aquella política de promover cooperativas que dejó pocos resultados? ¿Se garantizará protección social a quienes se incorporen a trabajar?
Un primer paso que tiene que dar el gobierno es acabar con la terciarización en el sector público, principalmente en la administración central. Hay ministerios donde más de la mitad del personal es contratado a tiempo determinado excluido de los beneficios de las contrataciones colectivas
La Organización Internacional del Trabajo ha indicado que solo el empleo decente, es decir, donde se garanticen los derechos de los y las trabajadoras y el empleo sea productivo se logra impactar favorablemente en la reducción de la pobreza. El solo garantizar un salario no es suficiente.
Promover una política audaz de promoción del empleo, sostenida en el tiempo implica también dialogar y concertar con el sector privado y con las organizaciones de trabajadores para diseñar medidas que permitan crear ofertas de empleo decente.
Finalmente nos preguntamos si el gobierno hizo una evaluación seria de la experiencia de la Misión Vuelvan Caras. Qué de positivo se puede rescatar de las políticas que se implementaron y cuáles errores se cometieron para no repetir.
Más allá del evidente interés electoral que tiene esta nueva Misión apostamos a su éxito y ojalá con ella se puedan retomar los ritmos de hace siete años atrás en la lucha contra la pobreza.