Más de tres años han transcurrido desde que el Ejecutivo Nacional creó la Comisión para la Reforma Policial. En abril de 2006 se produjo esa primera decisión política de importancia para avanzar hacia la reorganización integral de los cuerpos de policía, así como el diseño de una política de largo alcance para garantizar una función policial eficaz en el combate al delito con pleno respeto a los derechos humanos. La Comisión adelantó un amplio proceso de consulta a diversos sectores del país y realizó un diagnóstico exhaustivo de los cuerpos de policía. Hay que reconocer al para entonces ministro del Interior y Justicia Jesse Chacón la voluntad política que tuvo para promover y facilitar el trabajo de la Comisión, la cual luego de nueve meses intensos de trabajo presentó al país las conclusiones del proceso de consulta ciudadana y de diagnóstico, así como los lineamientos generales para definir un nuevo modelo policial para el país. Desafortunadamente la falta de continuidad en las políticas públicas paralizó la continuidad del proceso.
Pedro Miguel Carreño fue designado ministro del Interior y una de sus primeras medidas fue descalificar el proceso desarrollado, etiquetando el esfuerzo como «de derecha». La presencia de gente independiente aportando ideas, la consulta plural en medio de un país polarizado y la reafirmación del carácter civil que debe tener la policía no le parecieron al ministro Carreño, revolucionarios. Su torpeza política se tradujo en pérdida de un valioso tiempo para avanzar en la construcción del nuevo modelo policial. La razón se impuso. El ministro fue sustituido y se retomó el trabajo. Los resultados empiezan a verse haciendo realidad algunas de las recomendaciones surgidas de la consulta. Ya existe una Ley de Policía Nacional que, a pesar de sus deficiencias, crea estándares básicos en diversos órdenes para todas las policías del país. Se creó el Consejo General de Policía como instancia asesora para la definición, planificación y coordinación de las políticas públicas en materia del servicio de policía, así como en el desempeño profesional de los policías. Inició actividades la Universidad Experimental de la Seguridad, que da sus primeros pasos en la capacitación de los funcionarios y funcionarias con una nueva visión de lo que debe ser la función pública de la seguridad ciudadana. Dentro de poco saldrá a la calle . No es posible evaluar en la actualidad si esa nueva policía será realmente diferente.
A mediano plazo será posible sacar algunas conclusiones. De lo que no hay duda es que se realizan esfuerzos por lograr cambios.