Una cartulina azul con el anuncio «Emergencia pediátrica colapsada. Se atienden sólo estrictasemergencias» colocada en la entrada del Hospital Universitario Clínico de Caracas me recibió lamañana del jueves 2 de septiembre. Acudí a este servicio público de salud con mi niño de cuatro añoscon síntomas muy parecidos al dengue hemorrágico. Una joven médica me atendió y me indicó que no podía examinarlo. Al explicarle que había sangrado por la nariz varias veces accedió.
Durante cinco días consecutivos en las mañanas hice acto de presencia en el espacio de emergencias. Día tras día llegaban más de 40 niños y niñas. A pesar del colapso de la emergencia, el personal médico y de enfermeras, de manera muy atenta, iba realizando el chequeo médico. Algunos eran enviados para que se efectuaran exámenes de laboratorio. Más de 1.000 muestras son procesadas diariamente de manera totalmente gratuitas. Todos los servicios del hospital son gratuitos, una de las ventajas del sistema público de salud en el país, y varios anuncios publicados en distintas áreas del hospital así se lo recuerdan a visitantes y trabajadores. El día viernes 3 de septiembre en la emergencia de adultos eran atendidos más de 60 personas aun cuando el lugar está habilitado para 34. Ni médicos ni enfermeras desean trabajar en ese servicio. Les resulta muy agotador lidiar con tantos pacientes en un espacio permanentemente hacinado. Las enfermeras particularmente se quejan de los bajos salarios y la mayoría se redobla en turnos para llevar un mejor sustento a sus hogares. El hospital Clínico es uno de los que tuvo la suerte que se culminarán las remodelaciones en el área de emergencia. El personal con el que conversé se siente a gusto con la transformación realizada, sin embargo, indican que la falta de médicos y enfermeras afecta la prestación del servicio y la cantidad de pacientes sobrepasa las posibilidades reales para dar una buena atención de salud. Como muchas personas en el Área Metropolitana saben que el hospital fue equipado y la emergencia remodelada, recibe muchos pacientes día y noche.
De otros hospitales de Caracas remiten al Clínico porque se cuenta con algunos equipos que no existen o están dañados en los otros. Cada uno de los cinco días que acudí al hospital observé el empeño por mantener limpios los espacios.
Hay igualmente un número importante de vigilantes, por cierto, en su mayoría muy atentos yrespetuosos con el público. Se nota un esfuerzo de las autoridades por garantizar una adecuadaatención pero la realidad de los problemas de salud del país y la falta de personal atenta contra esaposibilidad. El martes 7 mi niño fue dado de alta. Ese mismo día cuando me dirigía a mi oficina en untransporte público un joven con fotografía en mano de su niña de dos años herida de bala solicitabaapoyo para pagar un examen en una clínica privada porque el Hospital Domingo Luciani no podíagarantizárselo. Sin duda, hay mucho por hacer en los servicios públicos de salud del país.