Cuando la tarde del 2 de junio de 2009 Eduar Carrizo Franco, un joven habitante del municipio San Francisco (Zulia), salió a comer con sus amigos, no sospechó la desgracia que le esperaba. Según testimonio de las víctimas, de regreso a su casa fueron interceptados por dos camionetas de las cuales descendieron ocho funcionarios policiales vestidos de civil, quienes los bajaron de los carros en los que se trasladaban y tras quitarles sus pertenencias, los llevaron con las cabezas cubiertas por bolsas negras hasta la sede de Polisur. En la sede policial los jóvenes fueron golpeados y Eduar fue víctima de tortura mediante violación anal con un bastón policial extensible (ASP), implemento de trabajo que utilizan en dicho organismo policial.
Luego de cometer las torturas, los policías llevaron a los muchachos al centro de detención preventiva El Marite, donde se negaron a recibirlos en esas condiciones. Por fortuna, uno de los jóvenes logró pasar un mensaje de texto a sus familiares, quienes llegaron a la sede de Polisur. Esto obligó a que los funcionarios llevaran al joven Eduar al hospital para controlarle la hemorragia anal producida por el terrible hecho. Allí lo curaron pero se supo que le destrozaron el plexo, la vejiga, el intestino y el recto, además de otros órganos.
Según trascendió en aquella oportunidad, el joven Eduar era amigo de la compañera sentimental de Ebyck Andrade, jefe en aquel momento de asuntos internos de Polisur y ex escolta del alcalde actual. Se aseveró que la sesión de tortura fue comandada por este funcionario.
La Comisión de Derechos Humanos del Legislativo regional se movilizó en defensa de las víctimas y de una investigación exhaustiva. Los fiscales 17 y 45 asumieron el caso. A los jóvenes se los incriminó en el delito de tenencia de estupefacientes para justificar el procedimiento, pero ellos argumentaron que los «sembraron».
Ebyck Andrade siguió siendo investigado por esta causa en la Fiscalía General de la República. Recientemente llegó su nombramiento ni más ni menos que como subdirector de Polisur.
Coincidiendo con la llegada de Omar Prieto como alcalde de San Francisco, Polisur pasó de ser considerada la mejor policía de Venezuela en los estudios de la Conarepol (2006), a ser hoy día una de las que acumula reiteradas denuncias por abusos policiales, particularmente en lo que a tratos crueles, inhumanos y degradantes se refiere. En el año 2009, según el informe de la organización de derechos humanos Provea, este cuerpo policial ocupó el cuarto lugar entre las policías municipales a nivel nacional más involucradas en casos de violación del derecho a la integridad personal.
Desde el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia se avanza a paso firme en el proceso de reforma policial; por ello, se hace perentorio exigir que las autoridades competentes del Consejo General de Policía y del Viceministerio del Sistema Policial tomen cartas en el asunto. Sin importar tendencias o colores políticos, se debe actuar con firmeza y contundencia para acabar con estas prácticas deleznables. Definitivamente, Polisur «huele» a intervención.
Pablo Fernández
Coordinador General
Red de Apoyo por la Justicia y la Paz
Publicado en Red de Apoyo