La Declaración Universal de los Derechos Humanos se promulgó el 10 de diciembre de 1948, bajo el auspicio de la ONU. Esa fecha se conoce desde entonces como el “Día Internacional de los Derechos Humanos”.
Dicta esta Declaración que los Estados no otorgan derechos sino que los reconocen como parte intrínseca de la condición humana. Esto representa una conquista histórica de las luchas sociales y se extiende hacia derechos reconocidos en otros instrumentos, tales como el derecho a la seguridad social, al trabajo, a la vivienda, a la salud y a la educación.
Aunque todavía la ONU , entre otras organizaciones, no ha alcanzado el funcionamiento esperado para garantizar el respeto de los derechos humanos por parte de todos los Estados, son innegables los avances en la protección de los mismos. Sin embargo, a 55 años de su firma, debemos reconocer también sus omisiones, como no considerar el derecho a un ambiente sano, el derecho a la paz y los derechos de las minorías étnicas, sexuales, religiosas o lingüísticas, los cuales deberán ser reconocidos en aras de la universalidad del instrumento, amén de aquellos derechos humanos que puedan ir generándose con el cambio de las circunstancias históricas.
Hoy la Declaración es una herramienta y un estímulo para seguir luchando por la dignidad.
Prensa Provea, 12.11.03.