En 1996 la Asamblea General de la ONU invitó a sus Estados miembros a celebrar cada 16 de noviembre el Día Internacional para la Tolerancia.
La tolerancia es el respeto a la diversidad cultural, étnica, religiosa y sexual. No significa tolerar la injusticia social ni renunciar a las convicciones personales, por el contrario, es el respeto al derecho de toda persona a tener sus propias convicciones y aceptar la de los demás. Tampoco debe confundirse con la pasividad, la complacencia o la indiferencia. La tolerancia es, más bien, un compromiso activo en la defensa de la realización de los derechos humanos y el fortalecimiento de la democracia.
En su Declaración de Principios para la Tolerancia, la Unesco señala que «la tolerancia exige justicia e imparcialidad en la legislación, en la aplicación de la ley y en el ejercicio de los poderes judicial y administrativo. Exige también que toda persona pueda disfrutar de oportunidades económicas y sociales sin ninguna discriminación. La exclusión y la marginación pueden conducir a la frustración, la hostilidad y el fanatismo».
En la actual coyuntura política venezolana es necesario rescatar estos valores y reivindicar que siempre es posible administrar democráticamente los conflictos.
Prensa Provea, 14.11.03