Desde que llegó al Palacio de Miraflores en febrero de 1999 el presidente Hugo Chávez ha dicho en reiteradas ocasiones que Venezuela debe dejar a un lado el modelo monoproductor y diversificar su economía para salir del subdesarrollo.
Sin embargo, en la última década el rentismo petrolero no ha hecho sino ampliarse y profundizarse. Demostración de ello es que el año pasado 95% de las divisas fueron obtenidas por la venta de crudo, mientras que catorce años antes representaron 70%, de acuerdo con cifras del Banco Central de Venezuela (BCV).
Para el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) esta situación atenta contra la posibilidad de erradicar efectivamente la pobreza en el país. Así lo dejó en claro la organización en el informe que envió a Social Watch, una red internacional de agrupaciones civiles que tienen como objetivo luchar contra las desigualdades sociales y promover las garantías fundamentales en el mundo.
En el reporte titulado «Los infortunios del extractivismo» se critica que las misiones sociales dependan de los ingresos extraordinarios de los hidrocarburos y se recuerda que el bajón de los precios del crudo ocurrido en 2008 propició una «contracción económica que ocasionó que se redujera el presupuesto destinado a las políticas sociales (salvo en el área educativa), incidiendo en el estancamiento de las misiones y en el aumento de la conflictividad en el país».
Planes empantanados
Provea, en su documento, también expresó su preocupación por la situación en la que se encuentran planes como la misión Barrio Adentro.
«En el año 2006, la puesta en marcha de la Misión Barrio Adentro generó expectativas acerca de la garantía del derecho a la salud para amplios sectores de la población. La presencia de 13.000 médicos de origen cubano y la construcción de 8.573 módulos de atención en todo el país incidieron positivamente en los índices de atención primaria en los sectores populares. Sin embargo, han sido señaladas fallas en la atención de los módulos, y 2000 de estos fueron cerrados en 2009, hasta el punto que en septiembre de ese año Chávez reconoció la crisis en la salud y declaró una emergencia sanitaria. Para el 2011, luego del anuncio gubernamental de un plan de reimpulso a la Misión Barrio Adentro, ésta recibe un aporte presupuestario de 195 millones de dólares. Sin embargo, la política no es coordinada por el Ministerio de Salud, como correspondería, sino por el Ministerio del Despacho de la Presidencia, evidenciando una descoordinación institucional», agregó.
De la misma manera cuestionó que en los 299 hospitales y centros de salud dependientes del Ministerio de Salud y de los Seguros Sociales sigan faltando insumos y médicos y que la infraestructura continúe presentando fallas.
Provea, en su reporte, también fustigó el desempeño del Gobierno en materia de vivienda y recordó que en sus primeros once años apenas construyó 320 mil casas. Para la agrupación estos malos resultados deben a situaciones tales como la alta rotación de los ministros del área y a la escasa supervisión de los proyectos habitacionales que se encuentran en ejecución.