Desde el 30 de mayo se acabaron las operaciones de la planta de la estatal Venezolana de Cementos, ubicada en el sector Las Tablas del municipio Puerto Cabello.
La razón es que los terrenos donde está instalada la empresa, incluso desde antes de 2008 cuando fue expropiada por el Gobierno Nacional y pertenecían al grupo Cementos Mexicanos (Cemex), al parecer tienen un misterioso dueño que nadie conoce, y que ha pedido el desalojo de la planta.
Con el cierre de la planta se quedarán sin trabajo 35 padres de familia, que en algunos casos tienen hasta 20 años laborando para estas empresas en ambas administraciones.
Carlos Muñoz, secretario de actas del Sindicato de Trabajadores de la empresa Cemex Venezuela en el estado Carabobo (Sintracevensa), detalló que a pesar de tener una producción de 300 metros cúbicos diarios de concreto, y de contar con más de 20 clientes tanto públicos como privados, se ha tomado la decisión arbitraria de parar la empresa.
Muñoz relata que ya en el pasado cerraron la planta ubicada frente a la termoeléctrica Planta Centro, y con este nuevo cierre sería la octava procesadora de la empresa en todo el país que cierra por cualquier excusa, por lo que insisten en que el tema sea investigado por algún ente gubernamental.
“Los representantes de la empresa nos traen unas cartas de renuncias para que las firmemos, y nosotros no estamos renunciando; además el dinero que nos están ofreciendo no corresponde ni al 20% de lo que nos toca por todos los años de servicios que tenemos aquí”, precisó el dirigente sindical.
Agregó que como medida de presión les han ido quitando los servicios básicos en su puesto de trabajo, como el agua y la energía eléctrica, transporte, y los baños están dañados, por lo que prácticamente los tienen “como indigentes”.
En la actualidad se están desmontando las estructuras de la empresa. Sin embargo, los empleados aseguran que no van a dejar que se lleven las maquinarias, ya que si eso pasa, los van a dejar en la calle y nadie va a responder por sus puestos de trabajo.
Misión Vivienda es prioridad
Los trabajadores de Venezolana de Cementos aseguran que uno de los principales usos del concreto que producen es la construcción de soluciones habitacionales de la Misión Vivienda, por lo que al dejar de producirse 300 metros cúbicos diarios del rubro, se verá seriamente afectado este plan, por lo que evidentemente, no parece ser una prioridad.
Expropiación acabó con la empresa
El sindicalista Carlos Muñoz es enfático al explicar que desde que la empresa fue expropiada en 2008 todo se vino abajo, desde los beneficios laborales que percibían hasta el estado de las instalaciones, en las que por ejemplo funcionaban 20 camiones mezcladores y por algún repuesto u otro se han dañado y hoy solo hay tres en funcionamiento.
Muñoz recordó que de a poco se fueron eliminando la fiesta de los niños -hijos de los trabajadores-, así como diversos beneficios; además el contrato colectivo tiene cinco años vencido y desde hace tres se introdujo el anteproyecto del convenio ante la Inspectoría de Trabajo, y no se ha llegado a ningún acuerdo hasta la fecha.
Otra de las fallas importantes es la de uniformes, y sobre todo la de los implementos de seguridad, por lo que los trabajadores corren constante riesgo en esta empresa.
Accidente laboral
Como para demostrar la tesis de los trabajadores sobre los peligros de no contar con los implementos de seguridad, durante la visita del equipo reporteril de Notitarde a las instalaciones de Venezolana de Cementos, un trabajador de nombre Dany Acosta, de 35 años, sufrió una caída desde una de las maquinarias que están siendo desmontadas, por no contar con los implementos de seguridad adecuados.
Acosta presentó fractura de tobillo derecho, por lo que debió ser trasladado hasta un centro asistencial de Puerto Cabello. (Yrvis Reyes Marcano, Diario Notitarde)