Recientemente, el domingo 1° de agosto, se celebró una reunión especial del único partido que por más de 50 años ha existido en Cuba, el Partido Comunista, para tratar sobre la crisis económica que padece la isla.

Es una verdadera tragedia la que padece el pueblo cubano debido a la caída de la producción y la falta de divisas para importar maquinarias y equipos. Para que se tenga una idea de la situación, en Cuba 70% de los bienes alimenticios consumidos son de origen importado debido a la declinación de la producción nacional, la cual ha descendido vertiginosamente al eliminarse la propiedad privada. Todavía más. Hoy Cuba produce 1,2 millones de toneladas de azúcar, mientras que hace 60 años llegó a producir 6 millones de toneladas. De hecho, en 2002 fueron cerrados la mitad de los centrales azucareros por ineficientes. Una mezcla de desincentivo para producir, corrupción y mala gestión acabaron con la producción azucarera. Lo mismo sucede con otros rubros agrícolas.

Hasta 1988, Cuba vivía de los subsidios millonarios que le daba la antigua Unión Soviética; ahora vive de la ayuda venezolana, valorada en más de US$ 4 millardos anuales. Pero con la hecatombe económica que sufre el pueblo, Raúl Castro ha planteado el despido de más de 1 millón de empleados públicos, porque debe recordarse que en la isla el único empleador es el Estado y no tiene cómo pagarles. También ha planteado Raúl Castro que se flexibilicen algunas formas de propiedad y que las casas se puedan vender, también van a otorgar licencias para que sectores de capital extranjero puedan invertir en el transporte porque una parte del transporte de Cuba es de la edad media, aunque parezca increíble.

A esto los burócratas cubanos no lo llaman reformas, sino ajustes dentro del sistema. Se niegan a reconocer que el sistema comunista fracasó estrepitosamente no sólo por el embargo, sino por las políticas internas. Los fondos que Venezuela traspasa a Cuba han hecho mucho daño porque evitaron que se hiciesen cambios de mayor profundidad que hubiesen evitado el deterioro de la economía, debido a que incentivarían al sector privado, tal como hicieron otros países que abandonaron el socialismo.

China avanzó en firme cuando murió Mao y Deng Xiaoping, en 1979, dejó atrás el comunismo e impulsó un cambio hacia una economía de mercado. Creo que el mayor obstáculo para el progreso de Cuba y su pueblo es Fidel Castro, un hombre aferrado al poder desde hace más de 50 años. Y que no lo quiere soltar.

José Guerra
Economista

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