Trabajadores de las áreas operativas de Maderas del Orinoco, antigua Proforca, iniciaron hace cinco días una huelga de brazos caídos por la falta de pago desde hace dos meses a 40 contratados, el incumplimiento del contrato colectivo y el deterioro progresivo de la compañía.
Carlos Marcano, miembro del consejo de trabajadores del campamento forestal Uverito, explicó que los 40 contratados de diversas áreas ingresaron a la empresa el 27 de agosto y, desde entonces, no han cobrado sus salarios.
Destacó que los contratados realizaron todo el proceso de ingreso, “abrieron cuentas, tienen fichas, les hicieron exámenes médicos y ahora niegan su ingreso; queremos que el presidente nos diga la razón y se reúna con estos 40 trabajadores”.“Nos reunimos con la gerencia de Personal y nos dijeron que por lineamiento del presidente de la empresa, César Briceño, estos trabajadores no van a ser ingresados a pesar de que son padres y madres de familia y han prestado sus servicios normalmente”.
La suspensión del servicio de Hospitalización, Cirugía y Maternidad (HCM), un mes adeudado de la caja de ahorro, el retraso en los pagos a la nómina mensual y diaria, así como la cestaticket y las vacaciones también motivaron la protesta.
Desde el punto de vista operativo, los trabajadores aseguran que en gestiones previas la estatal logró una producción de 21 mil metros cúbicos de madera y, en la actualidad, el régimen ha caído a 7 mil metros cúbicos.
Por la merma de la producción, los trabajadores decidieron en asamblea la destitución del gerente del aserradero Uverito, Juan Carlos Gómez. Este lunes aspiran elegir uno nuevo “desde las bases”.
El deterioro, precisan, afecta a 2 mil trabajadores aproximadamente de las zonas forestales. “En el campamento Los Hachos ni siquiera hay suministro de agua potable, y los trabajadores beben agua de morichal”.
Riesgos laborales
El delegado de prevención del aserradero Uverito, Juan González, manifestó que carecen de vehículos y ambulancias, a pesar de que laboran con instrumentos cortantes, cuya operación supone riesgo. Los equipos móviles, añadió, tampoco reciben mantenimiento oportuno.
El 11 de septiembre un accidente en la empresa constató las situaciones de riesgo, reportados pero no atendidos oportunamente. El trabajador, Ángel González, con apenas cuatro meses en la estatal, recibió una fuerte descarga eléctrica.
El secretario general de Sintraemfor, Miguel Cedeño, explicó que una rama de un pino cayó sobre una guaya, producto de las lluvias. A pesar de que alertaron las consecuencias que podía generar, no fue removida. La situación provocó un incendio que ocasionó daños materiales a la estatal y lesiones al trabajador contratado.
El dirigente sindical aseguró que no se niegan a trabajar, pero exigen que la estatal garantice las condiciones mínimas de seguridad.
Consideran vital que el Ejecutivo Nacional envié una comisión para que investigue la situación de la estatal forestal a lo interno. (María Ramírez Cabello, Correo del Caroní, 22.10.12)