El primero en amenazar esta semana fue el gobernador de Bolívar, Francisco Rangel Gómez, quien les advirtió que “no se vuelvan locos”. Luego, María Isabel Gil, jefa de embotelladores, quien según los que la acusan, ha desatado una persecución.
Después, Juan Suárez, gerente de Mantenimiento, el mismo que anunció algunos despidos, y finalmente, Carlos Sánchez, gerente de protección de Planta, quien prohibió la protesta.
Por eso, los trabajadores de la Hidrológica de Bolívar (Hidrobolívar) decidieron no quedarse de brazos cruzados y, con el sindicato al frente, continuarán protestando en la calle, como lo hicieron este miércoles en la avenida Libertador, de San Félix, hasta que se cumpla lo que exigen: la discusión del contrato colectivo.
Noris Cordero, vocera sindical, informó que las asambleas han continuado durante estos días y que este jueves no será la excepción.
“Nos reunimos esta tarde (del miércoles) para evaluar lo que vamos a hacer ante esta ofensiva contra el sindicato. Lo que pedimos es justo: es nuestra reivindicación salarial”, argumentó.
Destacó que se están preparando para auxiliar a quienes, eventualmente, sean castigados por ejercer su derecho a la protesta.
“Acordamos hacer colectas para suplir los pagos que dejen de recibir los trabajadores que sean despedidos, para que, así, puedan llevar la comida a sus casas”, añadió. Mientras tanto, en la calle continuarán. (Marcos Valverde, Correo del Caroní, 13.11.2014)