La paralización de 20 días de Sidor, que llegó a su fin en la noche del martes, fue la segunda huelga más larga de la historia de la acería más importante de Venezuela.
La acumulación de pasivos y el descontento inició en mayo de 2008, poco después de que la industria pasara nuevamente a manos estatales y a partir de la firma del contrato colectivo 2008-2010, rubricado por el fallecido Hugo Chávez.
Por años los trabajadores sintieron que pese a la suma de méritos ganaban menos y, aunque era un secreto a voces, el reclamo nunca fue asumido con fuerza hasta este año, cuando los trabajadores de base que aunque sindicalizados no pertenecen al comité ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de la Industria Siderúrgica (Sutiss) despertaron la protesta que se agigantó hasta paralizar por completo la acería el 19 de septiembre.
Al momento, el sindicato de la industria -cuya nómina supera los 12 mil trabajadores- no interpretó el reclamo, mucho menos lo asumió.
Sin embargo, por sí solo fue sumando fuerza empujado principalmente por corrientes oficialistas que, pese a la lealtad política, reconocen la criticidad de una industria que luego de alcanzar un récord de producción en 2007 pasó a operar a un tercio de su capacidad en 2012.
El sindicato -de tendencia oficialista- no tuvo otra opción que asumir el reclamo, pese a que a su presidente, José Luis Hernández, se le responsabiliza de haber firmado un acta en noviembre de 2008 que desmejoró las utilidades en un 50%. El líder sindical asumió el error y tomó la batuta.
La voz cantante en el conflicto la llevaron precisamente tendencias pro-oficialistas que se enfrentaron al patrón, representado por el titular de la CVG, Carlos Osorio.
Errores por cinco años
Durante cinco años hubo errores en conceptos de la hoja de cálculo salarial como jornada efectiva diaria/semanal, tiempo de viaje y vacaciones, y en la estimación de las utilidades.
A la par, los trabajadores tuvieron como punto de honor la solicitud del retroactivo del tabulador desde marzo de 2011 y la aplicación de la prima diurna para toda la nómina.
La perseverancia de los trabajadores obligó a la CVG a reconocer ciertas fallas en las estimaciones salariales, aunque se negaba a un pago de anticipo de Bs 40 mil por el mal cálculo de las utilidades. «¿Es que acaso Sidor da utilidades?», dijo en una ocasión Osorio.
Quien medió finalmente en el cese del conflicto fue el general de División y compañero de armas de Osorio, Justo Noguera Pietri. Fueron tres reuniones las que se realizaron para lograr un acuerdo y en ninguna estuvo presente Osrio, por solicitud de los trabajadores.
Finalmente se accedió al pago del bono pero el dilema se centra ahora en cuál será el destino de Sidor, que pese a la reanudación de la producción opera a menos de la mitad de su capacidad con graves deficiencias de insumos. (El Universal, 10.10.13)