Estimado señor Director del Saime, o como se le diga ahora, usted comprenderá que a mi edad, esas siglas se le enredan a uno. Le escribo porque quiero pedir cambio de número de mi cédula. Se extrañará de esta petición, y me va a tener que perdonar, con tanto trabajo y yo dándole más ocupaciones, pero le voy a explicar el porqué de mi solicitud.
Yo estoy contenta con mi cédula, nací en Barquisimeto hace 62 años y desde los 7 tengo mi documento. No tengo problemas como unos conocidos colombianos que les dieron cédula hace unos años para votar y ahora resulta que no aparecen en el sistema y los están deportando, pero ese no es mi caso, el asunto tiene que ver con mi derecho a la recreación, al descanso justo y a la alimentación. Sigue sin entenderme, pero ahondo en detalles. Me siento con todos esos derechos humanos vulnerados, fíjese. ¡Es terrible! Mi tragedia es que mi número de cédula termina en 1, o sea que me corresponde ir a comprar artículos de primera necesidad los lunes, ¿Me va entendiendo señor Director del Saime? ¿Ve lo que eso significa? En Mercal y Pedeval jamás hay nada los lunes, entonces yo me muero de la envidia cuando una compañera de trabajo, cuya cédula termina en 3, llega los martes tan ostentosa ella con su paquete de papel sanitario y hasta leche ¿Sabe usted lo que uno sufre con eso? Lo mismo le pasa a mi amiga Elsy, de Brisas del Orinoco, está a punto de pelearse con Adela, su amiga del alma, porque a la segunda le corresponde los miércoles, y a ella los viernes, tampoco hay nada los viernes. Ya sé, usted me dirá que me organice con algún familiar, pero es que la cédula mi hermana termina en cero, ¿Qué habremos hecho para merecer este castigo? ¡También le toca los lunes! y para completar la tragedia, a su esposo le toca el viernes, hasta ha pensado ella en cambiar de marido, pero le dije que esperara a ver si usted nos arregla el problema.
Para que no crea que no he pensado bien las soluciones, se podría aceptar que hagamos intercambio de cédula las vecinas siempre y cuando comprobemos con el consejo comunal que vivimos ahí y no estamos inventando vecindades, eso lo propuse en mi cuadra, pero nadie lo aprobó porque la única fregada soy yo. Se podía también aceptar como las loterías: por aproximaciones, o sea, lo que quiero es que me toque el martes, ¿es mucho pedir?
Mire señor Director del Saime, pasa también que hay supermercados que no se llevan por ese sistema de los números de cédula, pero usted viera las colas, entonces qué hago, ¿no voy a trabajar? Lo que me queda es andar por ahí sábado y domingo haciendo cola, y le digo, después de la chikungunya no soy la misma, ¡no aguanto más de 15 minutos de pie! Añada que también en las farmacias hay que hacer cola. Me van a botar del trabajo señor director del Saime. Hable con el ministro de alimentación a ver si se le ocurre hablar con el ministro del trabajo para que podamos faltar dos o tres mañanas a la semana pero aun así: ¡Necesito cambiar mi número de cédula!
Yo le agradezco mucho su atención, y de paso, si sabe dónde venden café, me avisa, sólo me queda para dos días. Atte.;
Luisa Pernalete